Artículo presentado el 30 de Noviembre de 2017 en el Perspectivas IV: Juego deTronos. (Seminario de Intercambio de Ideas) de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla
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Todo el mundo conoce la serie de televisión “Juego de tronos”, pero no tantos conocen en profundidad la saga de novelas de George R.R. Martin que dio lugar a la serie. Sin embargo, estos libros destacan por su originalidad y calidad literaria. Del mismo modo que ocurre con el show de televisión, que ha conquistado a un público muy amplio, la entidad literaria de la saga hace que su significado rebase con creces los límites del género. Martin consigue a través de una peculiar forma de narración, recrear con una viveza extraordinaria un mundo ficticio que sin embargo nos recuerda en cada página el mundo real en el que vivimos y que hacen de esta saga una obra maestra.
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Todo el mundo conoce la serie de televisión “Juego de tronos”, pero no tantos conocen en profundidad la saga de novelas de George R.R. Martin que dio lugar a la serie. Sin embargo, estos libros destacan por su originalidad y calidad literaria. Del mismo modo que ocurre con el show de televisión, que ha conquistado a un público muy amplio, la entidad literaria de la saga hace que su significado rebase con creces los límites del género. Martin consigue a través de una peculiar forma de narración, recrear con una viveza extraordinaria un mundo ficticio que sin embargo nos recuerda en cada página el mundo real en el que vivimos y que hacen de esta saga una obra maestra.
En este artículo se analizan dos
aspectos fundamentales de los libros: (1) la adaptación de mitos pre-existentes
de la cultura occidental y (2) el estilo descriptivo y narrativo. En lo que se
refiere al punto (1) se discutirá el tratamiento que se hace en la historia de
elementos míticos o históricos como la existencia y naturaleza del muro, el
impacto en el mundo de Poniente y Levante de la cultura “extinguida” de los
valirios, la fidelidad del ser humano a una patria, raza, casa feudal o
religión y los mitos fantásticos del dragón y del muerto viviente. En relación
al punto (2) se describirá el particular estilo narrativo de Martin, basado en
descripciones en tercera persona pero con el punto de vista de personajes
concretos, que se alternan y suceden de capítulo en capítulo, con el fin de
conseguir un efecto muy preciso en el lector. Esta forma de narrar, basada en
una magistral combinación de personajes-argumento-paisaje de fondo, convierten
a esta obra en un referencia de la literatura moderna.
Decía un antiguo colega de andanzas literarias que para escribir un texto
original no es tan necesario como pudiera parecer en un principio tratar de
evitar los tópicos sino de transformarlos. Y es que los tópicos tienen muy mala
prensa y deterioran la imagen de cualquier texto en el que, antes o después, se
te terminan colando como sabandijas. La idea de esto “está ya muy visto”, eso
“no aporta nada nuevo” o aquello “ya está inventado” es crítica habitual de
muchas obras de ficción contemporáneas. Y es que, efectivamente, bien entrados
ya en el siglo XXI, todo está, lo que se dice, inventado. En la práctica
todos los grandes temas literarios han sido ya tocados o tratados: el amor, los
celos, la pasión, la locura, la lucha por el poder, el fanatismo religioso, la
lucha de clases, la fidelidad, la traición, el engaño, y, por supuesto, los
dragones que vomitan fuego y los muertos vivientes.
Y de esto trata precisamente esta reseña. Aunque parezca un atrevimiento
imperdonable para muchos de sus fans y “frikis” George R.R. Martin (GRM) no es
más que un grandioso embaucador. Y como todos los grandes embaucadores de la
historia, como aquellos que copiaban los cuadros de los grandes maestros y los
hacían pasar por auténticos, Martin consigue, combinando una serie de elementos
míticos e históricos bien conocidos, hilvanar una historia que en la práctica
se ha convertido (en mi opinión) en un auténtico clásico contemporáneo. Un
clásico que, como una especie de Frankestein
literario, está hecho de otros pedacitos de clásicos pasados, tanto fantásticos
como históricos.
El mundo de Canción de Hielo y Fuego como
combinación de elementos míticos e históricos clásicos
El que esto escribe siempre ha sido, desde su adolescencia, un devorador de
libros del género fantástico y de la ciencia ficción. Sin embargo, a diferencia
de otros fans, si algo me ha atraído de este tipo de libros no es la idea de
transportarse a un mundo imaginario y fantasear sobre otros mundos o
dimensiones, sino la capacidad que tienen estos géneros de producir historias
que no son más que espejos de la vida real y cotidiana. Y es que precisamente
el juego que proporciona la fantasía y la ciencia futurista o especulativa
amplia mucho el abanico de posibilidades para el creador y le proporciona una
poderosa herramienta para transmitir mensajes.
Son muchos los ejemplos
que podemos encontrar en la literatura y el cine. En el género fantástico se
cuentan innumerables obras, desde el Fausto de Goethe y la Divina Comedia de
Dante, hasta el Dr. Jekylk y Mr. Hyde
de Stevenson (¡y sin contar la Biblia!). En el género de la ciencia ficción,
ciñéndome eso sí a la ciencia ficción “seria” (y con todos los respetos a sus
fans, aquí no incluyo ni a “Star Trek” ni a “Starwars”, ni a casi ninguna obra
que empiece por “Star”), se pueden citar obras como “Un mundo feliz” de Huxley,
“Farenheit 451” de Bradbury, “Matrix” o la grandiosa “Blade Runner”, adaptación
cinematográfica de la aclamada novela de Philipp K. Dick, “¿sueñan los
androides con ovejas eléctricas?”. En todas estas obras el elemento fantástico
se convierte en una alegoría que nos hace reflexionar sobre el mundo real y
verdadero en que nosotros pobres mortales de a pie sacamos adelante nuestro día
a día.
Pero no quisiera irme por
las ramas (eso lo dejo para otra entrada del blog) y sí centrarme en la
conocida obra de GRM. “Canción de hielo y fuego” es una serie aún inacabada de
novelas constituida por los siguientes libros:
1. A Game of Thrones (Juego de Tronos), 1996
2.
A Clash of Kings (Choque de Reyes), 1998
3. A Storm of Swords (Tormenta de Espadas), 2000
4.
A Feast for Crows (Festín de Cuervos), 2005
5. A Dance with Dragons (Danza de Dragones), 2011
6. The Winds of Winter (Vientos de Invierno), en proceso de
escritura
7. A Dream of Spring (Sueño de Primavera), anunciado
La propia lista ya merece
jugosos comentarios. Se trata de siete libros, número emblemático en la
historia. Así, se denomina Siete Reinos a la entidad política en los que
se desarrolla gran parte de la saga, y son Siete el número de dioses que
constituyen el panteón de la “fe” oficial de dicha entidad. Otra interesante
característica son las fechas de publicación. Si bien a GRM le llevó dos años
publicar su segunda entrega, las siguientes se fueron espaciando con un ritmo
de 2, 5 y 6 años respectivamente (siguiendo una cierta lógica interna, al menos
desde la tercera entrega, el sexto libro y el séptimo libro podrían esperarse
para 2018 y 2024, respectivamente, es decir el último vería la luz cuando GRM
tenga 76 años de edad). Este espaciamiento en el tiempo denota el grado de
complejidad que el mundo y la historia creadas por GRM adquieren, rebasando
incluso a la capacidad productora (que no creadora) del autor. Es curioso
también el uso del artículo indefinido (no respetado en la traducción al
castellano) que muestra cómo, al igual que otros grandes genios de la
literatura, GRM no tenía grandes pretensiones cuando inició su obra, aunque al
final terminara desbordado por la grandeza de la misma.
Este “retraso” en la
publicación de los sucesivos libros y la avidez del público ha provocado el
conocido desfase entre obra literaria y serie televisiva. La relación entre
saga y serie es compleja y se desarrolla en la tabla que se muestra más abajo.
Es importante destacar que la historia se hilvana a través de, básicamente,
tres líneas argumentales o “storylines” que eventualmente confluyen. Utilizaré
la siguiente terminología para referirme a ellas: Tierra, Hielo y Fuego (dejo a la imaginación del lector
cuál sería la historia que se desarrollaría en el “Aire” o en el “Viento”). A
continuación, se describen en más detalle:
Tierra: es la trama que se desarrolla en el continente ficticio de “Poniente” (Westeros)
y en torno a la entidad político-nacional conocida como los “Siete Reinos”. Es
la historia más real, en el sentido de que es la que menos elementos
fantásticos tiene y la que bebe más de inspiraciones históricas.
“Tierra” tiene dos fronteras “geográficas”. Al norte y en el sur-este. En
ambas zonas se desarrollan sendas líneas argumentales:
Hielo: es la trama que se desarrolla el muro y más allá del muro. El frío y su
incremento paulatino son protagonistas. En esta historia se introduce uno de
los principales mitos fantásticos de la obra: los “otros” o “caminantes
blancos”, esto es, los muertos vivientes que se asocian a la llegada del frío y
del Invierno.
Fuego: es la trama que se desarrolla en los países y ciudades “cálidas” del
continente llamado Levante (Essos). Esta línea argumental gira en
torno al segundo gran mito fantástico: el dragón que vomita fuego.
En la siguiente tabla se desarrolla la relación argumental entre los libros
y las correspondientes temporadas de la serie de televisión:
Temporada
|
Novela
|
Sinopsis
(procurando evitar “espoilers”)
|
Primera
|
Juego de Tronos
|
Tierra: Luchas y conspiraciones entre los Lannister y
los Stark en Westeros.
Hielo: Presentación del muro e incorporación de Jon
Snow a la Guardia Noche
Fuego: presentación, pérdida de la inocencia y crecimiento como personaje de
Daenerys Targaryen en Essos.
|
Segunda
|
Choque de Reyes e inicios de Tormenta de Espadas
|
Tierra: Guerra de los Cinco Reyes por el Trono de
Hierro, batalla de Blackwater
Hielo: Viaje más allá del muro de Jon y Sam Tarly. Primeras descripciones del
ejército de los Wildlings
Fuego: Crecimiento del liderazgo de Daenerys en Essos
|
Tercera
|
Tormenta de Espadas (primera parte)
|
Tierra: continúa la Guerra de los Cinco Reyes, la
Boda Roja, magnicidio y huída de Sansa Stark.
Aventuras de Arya Stark.
Hielo: Jon y su relación con el ejército de Mance Ryder. Avance hacia el
muro.
Fuego: Llegada de Daenerys a la bahía de los esclavos y toma de control de
ciudades clave
|
Cuarta
|
Tormenta
de Espadas (segunda
parte) e inicios de Festín de Cuervos
|
|
Quinta
|
Festín de Cuervos, Danza de Dragones y Vientos de
Invierno
|
Festín de Cuervos:
Tierra: reinado de Tommen Lannister, gobierno de Cersei
Lannister, ascenso del poder de la “Fe”. Luchas de poder en Dorne, el Valle y
las Islas del Hierro. Viaje de Sam a la Ciudadela
Danza de Dragones:
Hielo: llegada de Stannis Baratheon al muro, ascenso de Jon en la Guardia de la
noche y ascenso de los Bolton como guardianes del Norte. Aventuras y
desventuras de Theon Greyjoy.
Fuego: pugna de Daenerys y el viejo régimen en la bahía de los esclavos. Viaje
y llegada hacia Essos de Tyrion Lannister y Victarion Greyjoy.
|
Sexta
|
Básicamente Vientos de Invierno, con
elementos de Festín de Cuervos y Danza de Dragones
|
|
Séptima
|
Vientos de Invierno y Sueño de primavera
|
Una vez descrita de forma somera la historia, voy a centrarme en el punto
capital de este apartado, que es el uso y transformación de elementos míticos e
históricos en la construcción del mundo ficticio en el que se desarrolla. No
entro por tanto en lo que es la línea (o líneas) argumental en sí, ni tampoco
en los personajes, sino en los elementos que componen el escenario en el
que dichos personajes juegan su particular juego de poder y pasión. Y es
que estos elementos no son para nada originales, sino que se corresponden con
hechos históricos y mitos occidentales bien conocidos.
Se ha mencionado
innumerables veces la inspiración que GRM tuvo en la Guerra de las Dos Rosas,
librada en siglo XV entre las casas de York y de Lancaster por el trono de
Inglaterra. Utilizaré esta identificación para iniciar la primera tabla de
analogías, en este caso las históricas. Ello se desarrolla en la siguiente
tabla:
Principales analogías históricas:
Canción de Hielo y Fuego
|
Historia
de Occidente
|
Pugna entre Stark y Lannister
|
Guerra de las Rosas entre los York y los
Lancaster
|
Llegada de Aegon Targaryen a Desembarco del Rey
|
Llegada y conquista por parte de los normandos y
de Guillermo el Conquistador de la Inglaterra del siglo XI
|
Imperio Valyrio como cultura “clásica” pero
extinguida de la cual los Targaryen son herederos y con la cual someten a los
habitantes originarios de Westeros
|
Imperio Romano. Los normandos como herederos de
la cultura “clásica” (que hablan francés) y que someten a los sajones (que
hablan sajón)
|
El Muro
|
El muro de Adriano como última frontera del
norte del Imperio Romano
|
Los Wildlings
(“Salvajes”)
|
Los “pictos” o bárbaros que amenazaban las
fronteras del imperio desde Caledonia (alta Escocia)
|
La Guardia de la Noche
|
Órdenes y Hermandades militares, especialmente
los Templarios.
|
La “Fe” y el “libro de los siete”, y su alianza
con Trono de Hierro
|
La religión católica, la Biblia y su alianza con
las Monarquías
|
los “septon”, las “septa” y los “gorriones”
|
El clero católico y las órdenes mendicantes
|
La Ciudadela y los “Maester”
|
Ciudades Universitarias y “escolares” poseedores
de un saber ajeno a la mayoría de la población
|
Las casas principales y alianzas, sus escudos y
lemas
|
Alegoría del sistema feudal vigente en la Europa
Medieval, que era, de hecho, una estructura de poder piramidal, donde los
juramentos de fidelidad (y por tanto el caldo de cultivo de las
correspondientes traiciones) son el basamento principal.
|
Del mismo modo se han descrito muchas correspondencias entre figuras
históricas y personajes de los libros. Se ha descrito en la tabla la analogía
evidente entre Aegon Targaryen y Guillermo el Conquistador, que en 1066 se
aprovechó de la división existente en la Inglaterra de entonces para derrotar a
los sajones en la Batalla de Hastings. Pero también se han mencionado los
parecidos razonables entre los protagonistas de los libros y varios personajes
históricos. Así, se ha asociado a Ned Stark con Ricardo III, Duque de la casa
de York, de Cersei Lannister con Margarita de Anjou, de Margaery Tyrell con Ana
Bolena e incluso a Daenerys Targaryen con Cleopatra.
Además de las analogías históricas es interesante resaltar las geográficas.
En la siguiente tabla algunas bastante evidentes (aunque sujetas por supuesto a
discusión e interpretación por parte de fan y expertos):
Principales Analogías Geográficas:
Canción de Hielo y Fuego
|
Mapa
del Mundo
|
Poniente
(“Westeros”)
|
Europa
|
Levante
(“Essos”)
|
Asia
|
Desembarco
del Rey
|
Londres,
capital del estado
|
El Norte
|
Norte de Inglaterra, baja Escocia
|
El Dominio
(“The Reach”)
|
Francia
|
Las Islas
del Hierro
|
Irlanda,
las Hébridas, Escandinavia
|
Más allá
del Muro
|
Tierras
Altas de Escocia
|
Volantis,
Astapor, Meeren, etc..
|
Ciudades del Este: Costantinopla,
Alejandría, Bagdad, etc..
|
Braavos y el Banco de Hierro
|
Venecia o Génova y sus banqueros
|
Dorne
|
España
|
No sólo en la Historia del mundo, con sus hechos, lugares y personajes, se
inspiró GRM. También incorporó a su mundo otra serie de figuras narrativas que
es imposible no asociar con elementos del mundo real:
Otras Analogías:
Canción de Hielo y Fuego
|
Mundo
“real”
|
Los
cuervos
|
palomas
mensajeras
|
La Guardia
Real
|
Los Caballeros de la Mesa Redonda
|
Espadas
con nombre
|
Excalibor
|
La llegada
del Invierno
|
El cambio
climático
|
El Fuego
Valirio
|
El fuego
“griego”
|
A todas estas analogías y
correspondencias hemos de añadir los elementos míticos que GRM incorporó
directamente en su historia. En la dedicatoria de Tormenta de Espadas él
incluyó la siguiente frase:
“For Phyllis, who made put the dragons in”
que demuestra el reconocimiento de GRM al gran acierto que supuso para el éxito
de los libros la introducción de este mito fabuloso. El uso de los dragones
como herramienta figurativa “prestada” del canon mítico occidental se ha
convertido de hecho en uno de los elementos más característicos del libro y,
como consecuencia, de la serie de televisión. Los dragones aparecen en
innumerables obras y leyendas, desde la leyenda de San Jorge hasta las novelas
más recientes de Terry Prachett. Al elemento draconiano hay que añadir el mito
del género de terror reciente, los “muertos vivientes” o “zombis”, llamados los
“Otros” o los “Caminantes blancos” en las novelas. Tanto dragones como muertos
vivientes son centrales en la historia y de hecho aparecen como parte del
propio título. GRM escribió una “canción” de “hielo” y “fuego”, un “juego” de
rivalidades y pasiones que se desarrolla sobre una alter-Tierra que parece un
espejo del mundo que vivimos.
La idea a la que quiero llegar después de esta descripción de analogías y
elementos prestados es que Canción de Hielo y Fuego no inventa realmente nada
nuevo, carece de originalidad “primaria”. Sin embargo, esta característica, más
que ser un defecto es un enorme hallazgo que le da un encanto imborrable a la
historia. Con su utilización de elementos que ya existen en la conciencia del
lector, ya sea por su conocimiento de la historia y la cultura occidental, ya
sea por su propia vivencia como ciudadano y ser humano, GRM consigue dos
objetivos principales. Por un lado, dar verosimilitud a la historia, hecho que
resulta sobresaliente para una obra del género fantástico. Y por otro lado
generar una fascinación especial en el lector, que atrapa y excita al mismo
tiempo. GRM se aprovecha de lo que ya hay en la conciencia de los lectores de
medio mundo (al menos el occidental) para sumergirle en otro mundo paralelo de
extraordinaria viveza.
El estilo narrativo de Canción de Hielo y
Fuego
Cuando asistía a cursos de iniciación a la escritura, una de las primeras
enseñanzas que se nos solía transmitir era saber decidir sobre qué tipo de
narrador se iba a hacer cargo de la historia que pretendíamos escribir. De esta
manera, la primera disyuntiva que uno se planteaba era si nuestro cuento o novela
iba a ser escrito en primera o en tercera persona. (Existe la opción de
escribir en segunda persona, pero eso sólo está reservado para los maestros.
Veáse La Muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes, por ejemplo)
El uso de la primera persona es la opción más obvia y trivial. Es el que
cualquier persona emplea cuando ha de contar algo a otro, ya sea en una carta o
en la descripción de un hecho o un viaje. Pero también se puede emplear en un
texto literario como forma de situar al lector en el punto de vista del
narrador, que no tiene por qué coincidir con el punto de vista del escritor.
Salvo decisión expresa del mismo, un narrador en primera persona es al mismo
tiempo personaje y además testigo de todo aquello en lo que está presente. A
ello se suma que es consciente de sus propios pensamientos, los cuales
comparte con el lector. En un texto en primera persona el lector tiene acceso a
toda la información accesible al personaje-narrador, tanto esta sea adquirida a
través de sus sentidos como a través de sus sensaciones. Todo
aquello que no entre dentro de este campo de acción solo puede ser imaginado o
figurado.
El uso de la tercera persona da más juego. En este caso narrador y personaje
no coinciden en el mismo sujeto. La relación entre narrador y personaje abre un
abanico de básicamente, cuatro posibilidades, ordenadas de menor a mayor grado
de información proporcionada al lector:
1. Narrador Deficiente: describe todo lo que ve y experimenta un
personaje (el principal) pero no describe sus pensamientos. Un ejemplo son las
novelas de Dashiel Hammett o La Colmena de Camilo José Cela.
2. Narrador Equisciente: sigue a un personaje (el principal), pero
no solo describe lo que ve, sino también lo que siente. Sin embargo, no puede
saber con seguridad lo que ven o lo que sienten el resto de los personajes
salvo por lo que ellos le cuenten, es decir, exactamente igual que nosotros en
nuestras respectivas vidas. El narrador equisciente es la versión en tercera
persona de la narración en primera persona. Precisamente por estas dos
características es una de las opciones más realistas y cómodas para el
escritor, y son innumerables los ejemplos.
3. Narrador Omnipresente: describe las acciones de todos los personajes
relevantes para la historia pero no nos describe sus pensamientos. Está en todo
lugar, es el ojo que todo lo ve, pero no puede entrar en las mentes de los
personajes. El ejemplo típico es la narración cinematográfica (sin voz en off),
salvo cuando se decide por motivos estilísticos que la cámara solo siga a un
personaje en concreto.
4. Narrador Omnisciente: a diferencia del anterior, no solo
describe las peripecias de todos los personajes, sino que además nos da cuenta
de sus pensamientos y sensaciones. Es el ojo que todo lo ve, incluyendo las
mentes de los personajes. Por ese motivo lo llamo el Narrador-Dios o
Escritor-Dios, porque lo conoce todo y lo puede todo, tanto las acciones como
los sentimientos y pasiones que provocaron dichas acciones. Por este motivo es
una opción muy utilizada en la historia de la literatura y también son
innumerables los ejemplos. Uno de ellos son las novelas de Stendhal.
¿Y que opción eligió GRM
para construir su grandiosa canción? Pues ninguna de ellas, o, mejor dicho, una
combinación de 2 y 4. Su estrategia fue contarnos la historia a través de los
puntos de vista de una serie de personajes “seleccionados”. Así, cada capítulo
tiene un narrador equisciente en un personaje dado. La historia va avanzando
por esta sucesión de narraciones centradas en cada uno de los personajes. Cada
uno de ellos aparece y desaparece de forma intermitente, de forma que sus
historias se entrelazan y sus correspondientes visiones de la historia se
confrontan y solapan. Además, GRM juega con las distintas grafías para
confrontar lo que piensa el personaje (que se muestra en letra cursiva) con lo
que realmente dice o hace (escrito con fuente normal).
En la siguiente tabla se
recoge el número de capítulos de cada una de las obras desde el punto de vista
de cada personaje:
Juego
|
Choque
|
Tormenta
|
Festín
|
Danza
|
(Vientos)
|
Suma
|
|
7
|
7
|
4
|
–
|
3
|
21
|
||
11
|
7
|
7
|
–
|
–
|
25
|
||
10
|
5
|
6
|
–
|
10
|
31
|
||
15
|
–
|
–
|
–
|
–
|
15
|
||
9
|
8
|
12
|
–
|
13
|
42
|
||
5
|
10
|
13
|
3
|
2
|
33
|
||
9
|
15
|
11
|
–
|
12
|
47
|
||
6
|
8
|
7
|
3
|
–
|
24
|
||
–
|
3
|
6
|
–
|
4
|
13
|
||
–
|
6
|
–
|
–
|
7
|
13
|
||
–
|
–
|
9
|
7
|
1
|
17
|
||
–
|
–
|
5
|
5
|
–
|
10
|
||
–
|
–
|
–
|
10
|
2
|
12
|
||
–
|
–
|
–
|
8
|
–
|
8
|
||
–
|
–
|
–
|
2
|
–
|
2
|
||
–
|
–
|
–
|
1
|
1
|
2
|
||
–
|
–
|
–
|
1
|
3
|
4
|
||
–
|
–
|
–
|
1
|
–
|
1
|
||
–
|
–
|
–
|
2
|
2
|
4
|
||
–
|
–
|
–
|
2
|
–
|
2
|
||
–
|
–
|
–
|
–
|
4
|
4
|
||
–
|
–
|
–
|
–
|
2
|
2
|
||
–
|
–
|
–
|
–
|
1
|
1
|
||
–
|
–
|
–
|
–
|
4
|
4
|
||
Prólogo/Epílogo
|
1/–
|
1/–
|
1/1
|
1/–
|
1/1
|
1/
|
7
|
Total
|
73 (9)
|
70 (10)
|
82 (12)
|
46 (13)
|
73 (18)
|
TBD
|
344
(31)
|
Vemos que el número de
personajes “vip” se incrementa con el avance de los libros y algunos
“desaparecen” (esta tabla es también una especie de espoiler).
Obviamente el número de personajes de la historia es mucho mayor, pero GRM
decide que solo los puntos de vista y las sensaciones de este limitado número
de personajes “vip” es suficiente para sumergirnos en la historia. Con esta
estrategia, el escritor consigue en mi opinión, dos grandes objetivos:
1. Un adecuado manejo de las elipsis
temporales (un problema siempre para el escritor en cualquier novela)
2. Construir una historia de personajes sin
dejar de lado el carácter global de la misma, es decir, por combinación de
narraciones equiscientes se consigue casi el mismo grado de información que
proporcionaría un narrador omnisciente, pero de una forma mucho más elegante.
Este segundo objetivo
consigue efectos magistrales en la narración. Son muchos los ejemplos en los
libros, pero tengo que destacar la forma concreta en la que se narran dos de
los episodios más celebrados: La Boda Roja y el magnicidio del primer rey
Lannister. Aquí lo describo con un poquito de más detalle (cuidado espoilers):
La Boda Roja: se centra en el propio personaje objeto de la conspiración
que narra su propio asesinato tras haber presenciado el de su hijo. El impacto
que genera la lectura de la correspondiente escena supera, en mi opinión, el
conseguido por el correspondiente (y aclamado) capítulo en la serie de
televisión.
El Magnicidio: El verdadero protagonista de la historia es el rey Joffrey
Lannister sin embargo la correspondiente conspiración, muerte y posterior huida
se cuentan desde el punto de vista respectivo de Sansa, Tyrion y de nuevo Sansa
(el orden es importante). El efecto conseguido en el lector es magistral.
Y para terminar que menos
que dedicar unas palabras a la historia en sí: siempre se ha dicho que en
“Juego de Tronos” nunca nadie está a salvo. De hecho, yo descubrí los libros a
través de la serie de televisión. Y hay una escena en concreto que me conquistó
para las huestes de GRM por siempre. La describo a continuación:
Ned
Stark, claramente el
“bueno” de la historia, ha sido traicionado y ha sido condenado a muerte por
Joffrey Lannister. Obviamente la acusación es injusta y va a morir fruto de la
fidelidad a sus principios y a su honor. Mientras espera en el patíbulo el
golpe de gracia yo confiaba que en cualquier momento una flecha salvadora o la
aparición sorpresiva de un valiente vasallo salvara en el último momento al
héroe. Años y años de películas de Hollywood habían modelado mi inconsciente de
tal forma que el héroe, el bueno, el valiente, el ciudadano ejemplar, nunca,
nunca puede morir, porque al igual que James Bond corre perseguido por balas
que nunca le alcanzan, y a Superman siempre le retiran la kriptonita justo
antes de morir, Ned Stark no puede morir.
Sin embargo, el hacha
asesina cae y el villano se sale con la suya. Cae la cabeza altiva de Ned Stark
y este muere, desaparece, para siempre, exactamente igual que en la vida real.