domingo, 26 de diciembre de 2021

Ajuste de cuetas: Capítulo 3

  

Ajuste de cuentas: Capítulo 3

(andanzas y matanzas de un grupo de sicarios por el Pirineo catalán y la Costa Brava)

Juan A. Anta, Agosto de 2021








Capítulo 3: Aigüestortes significa "aguas tortuosas"...

"Sed discretos, sobre todo, y por encima de todo discretos, per tutto, per favore y si para eso tenéis que andar más de 20 km por la montaña y ascender más de 1100 mts. de desnivel acumulado, pues lo hacéis. Andai" - Salvatore Domenzzo - Estepona: julio de 2020.

La vida del sicario es un vida dura, muy dura. No es la típica estampa de lujo y emociones a lo James Bond, con coches último modelo acompañado de bellas y seductoras féminas. Ello solo ocurre en las películas de la Metro. La realidad es mucho más prosaica. Y en esta realidad particular a nuestro avezado grupo le toca esperar todo un día, nada más y nada menos que 24 horas seguidas, sin levantar sospechas. 

- Visitaremos el Parque Nacional de Aigüestortes - sentencia "El pétreo"
- Aiguess... qué?
- Aigüestortes
- Qué significa "aigüestortes"?
- "Aguas tortuosas" en catalán
- Ya empezamos... - suspira Juanma

El 10 de agosto amanece con un cielo azul y libre de nubes, anunciado un día espectacular. Nuestro grupo de sicarios se adentra con su Rodius negro en el valle de Espot, decidido a fundirse con centenares, con miles de senderistas dispuestos a explorar unos de los parajes más pintorescos y salvajes de la vertiente sur del Pirineo.

- Ya sabéis - comenta Juanola nada más bajarse del vehículo - tenemos que hacernos pasar por senderistas...

Tras una primera subida de aproximadamente 90 minutos desde el aparcamiento la expedición sevillana llega al Lago de San Mauricio, uno de los "Estanys" (pronunciado "estains" en catalán) más famosos de Cataluña. 


Las montañas de Aigüestortes reflejadas en las límpidas aguas del Estany Sant Maurici, centro neurálgico del Parque Nacional. 


Se trata de un lugar de belleza cinematográfica, de esos que impresionan mires donde mires y que pide foto cada dos segundos. La ruta típica continúa dejando el lago a la izquierda y ascendiendo con dificultad creciente hacia las profundidades del parque. A mitad de ascenso es posible asomarse al lago y admirar la impresionante mole pétrea de Les Encantats, emblemático símbolo de Parque. 


Grupo de senderistas sevillanos con Els Encantats y el Estany Sant Maurici al fondo. (En realidad no son senderistas... de izquierda a derecha: la sargento Villanueva, "the Shining Joker", "the Black Lady", "el Alquimista", el "Clisques" y "Icy smile".)

Un poco más arriba, y a unos 5 kilómetros del inicio de la ruta, el camino se empina, flanqueando la cascada de Ratera, que baja desde el lago del mismo nombre. Allí Juanma, que se toma su papel de senderista muy en serio, se adentra hasta el mismo borde del torrente. El terreno es escarpado y resbaladizo, pero el ambiente húmedo y voluptuoso compensa todos los esfuerzos. 


Juanma observa inquisitivo el panorama en la cascada de Ratera, mientras Miguel hace honor a su sobrenombre. 

El paisaje cambia cuando uno supera la pendiente y se adentra en la semiplanicie donde descansa el Estany de Ratera. El terreno pasa a ser de alta montaña, la arboleda tupida empieza a escasear y la roca desnuda cobra protagonismo. La temperatura sube y el sol empieza a castigar con fuerza. Tiempo para un pequeño descanso y un refrigerio, instantes durante los cuales, todo ellos, extasiados por la belleza que los rodea, casi olvidan para lo que vinieron al Pirineo...


"Icy smile", frente al Estany de Ratera, no olvida a lo que vino.


En el extremo final de la laguna de Ratera el sendero se bifurca: la ruta en realidad es un lazo, en cuyo nudo se encuentran. El grupo camina hacia el oeste, y tras ascender a una tercera laguna y bajo un calor sofocante, alcanzan el Refugio des Amitges, a casi 2350 mts. de altitud.

Agotadas, las chicas deciden quedarse allí. Juanma y Miguel quieren continuar más arriba, y visitar dos lagunas más. Monsieur L'Orange, castigado por una súbita pájara, duda. 

- ¿Cuándo vas a volver aquí, Darío? - le conmina Juanola - mira que te vas a arrepentir si no vienes...

Finalmente, los cuatro emprenden la etapa final del sendero, dejando a las chicas guardando las posición en el refugio. El camino, que en la práctica es muy corto, de no más de 30 o 45 minutos, resulta sorprendente y hipnótico. La sensación de placidez se incrementa por el hecho de que nadie más les acompaña: la bulliciosa "romería" de senderistas parece detenerse en el refugio, tomado por muchos como un falso final de etapa. 


Estany dels Barbs, a unos 20 minutos del Refugio des Amitges. 



    No es Yellowstone: camino desde el Estany des Barbs al Estany Amitges de Ratera. 

Tras almorzar en el refugio, llega el momento de volver. Aunque la bajada se antoja espectacular (cruzando bosques y bordeando de nuevo esos hermosos lagos de azules profundos) resulta a la postre agónica. El calor y los kilómetros hacen mella en las piernas de todos.

Llegados de nuevo al centro del lazo, se decide por estrecha mayoría bajar por la orilla oeste del San Mauricio. El paisaje es imponente, pero la pendiente pronunciada. El vértigo acecha a la sargento Villanueva, que desciende penosamente por los pedregales. El sereno silencio del lago asciende imponente desde el fondo del valle mientras el sol, juguetón, comienza a esconderse intermitente tras las cumbres. Todo ello hace que la sensación de fin de jornada invada al grupo demasiado pronto, cuando aún quedan casi cinco kilómetros de descenso.


Descenso desde el mirador del L'Estany. Les Encantats a la derecha.

Llegados de nuevo a la presa que cierra por su lado sur el Estany Sant Maurici, el grupo se detiene exhausto. La oscuridad empieza a invadirlo todo y los ánimos se oscurecen igualmente. Son ya 17 km de marcha y el parking donde se inició la marcha todavía resulta un destino demasiado lejano.


Nunca unas caras evidenciaron tanto: expresiones de cansancio y sonrisas forzadas. ¡Viva el montañismo!


Poco antes del inicio de la noche el grupo llega, renqueante, al final de la ruta. De nada sirven los mensajes animosos de Juanola alabando el paisaje, el camino y el esfuerzo realizado. Solo percibe el silencio refunfuñado de los demás. Tan solo un pensamiento domina las mentes de todos: pizza. Los sicarios de Salvatore solo quieren descansar y comer pizza. 

Por suerte, un par de horas más tarde, mientras observan las estrellas en la terraza del  apartamento de Esterri, 4 pizzas de tamaño familiar y cerveza en abundancia devuelven las fuerzas a esos cuatro hombretones y due donne que fueran enviados a la otra punta de la península para ejecutor un oscuro negocio. Negocio, que fue recordado fatalmente con un mensaje recibido justo al filo de la medianoche, un mensaje que les recuerda que lo que ese día habían vivido se trataba de solo un paréntesis en su particular viaje de aguas tortuosas:

""El pago lo tenéis en la sucursal central de la Banca Privada d'Andorra en Andorra la vieja. El código es FANTASMIK21 y está a nombre del Sr. Ortiz. No más tarde de las 15 horas. Cuidado con los inspectores de Hacienda. Andorra está infestada de ellos. Y aprovechad para echar gasolina que me salís muy caros. Buona Fortuna. Salvatore"

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