miércoles, 8 de agosto de 2018

Viaje por Rumanía, Agosto de 2018

A continuación se ofrece la descripción de un viaje de ocho días por tierras de Rumanía (y parte de Hungría). Se ha tratado de ser lo más preciso posible a fin de que esta modesta contribución sirva de pequeña guía de viaje para futuros viajeros.

Datos generales del viaje:

En coche de alquiler (Renault Clío, cinco puertas, gasolina) recogido y devuelto en el Aeropuerto de Budapest (BUD).

Distancia total recorrida: 2600 km approx.
Consumo de combustible: 127 litros (4.88 l/100 km). Unos 150 euros.

Día 1: 30 de Julio: Aeropuerto de Budapest – Timisoara




Vuelo de Iberia directo Madrid-Budapest (225 euros), llegada a la terminal 2B a las 12:00 (29ºC). Recogida coche de Alquiler Budget (415 euros incluido recargo por paso de frontera, unos 70 euros, y seguro parcial por colisión). Salida hacia Timisoara por la autopista dirección a Szeged (parada en supermercado y comida en ruta).

Cruce de la frontera sobre las 5 o 6 de la tarde (téngase en cuenta que en Rumanía es una hora más). Compra de la "rovienete" (pago por circular por las carreteras de Rumanía). Compramos el permiso de 7 días por 3 euros en una caseta nada más entrar en el país. Más adelante comprobaremos que de cuando en cuando existen cámaras por las carreteras (también por las que no son autopistas) que toman nota de la matrícula y que supuestamente controlan que se ha pagado el permiso).

Continuamos hacia Timisoara pasando por Arad. Llegada a Timisoara, Hotel Ambassador (40 euros, habitación doble sin desayuno). Visita a la ciudad, incluyendo la Catedral Ortodoxa Metropolitana, y el casco histórico. Este está conservado a medias, solo la parte central, mientras que algunos edificios de interés artístico parecen faltos de cuidados. Esta ha sido una tónica general en la totalidad de Rumanía.


Catedral Metropolitana (ortodoxa) de Timisoara (Catedrala Mitropolitană din Timișoara)



Centro de Timisoara: Plaza de la Unión (Piata Unirii)


Día 2: 31 de Julio: Timisoara – Târgu Jiu




Salida temprano por la mañana en dirección sur (hacia el parque nacional de Cheile Nerei y el valle del Danubio). Desayuno en ruta, aproximadamente a la altura de Jebel (doua cafele cu lapte = dos cafés con leche). Parada en la cascada Bigar en el parque de Cheile Nereis. La cascada y entorno no merecen realmente mucho la pena. Seguimos dirección hacia el Danubio y buscamos la Pensionea “Villa Rustica” que supuestamente estaba en las afueras de Orsova, a las orillas del Danubio, pero que en realidad está 60 km hacia el oeste. Envío un mensaje a la propiedad anulando la reserva y continuamos dirección hacia el este siguiendo el Danubio. Comida en ruta al lado de la gran arteria europea que aquí separa Rumanía de Serbia.



Área de descanso a orillas del Danubio, Orsova al fondo.

En este punto ya nos hemos dado cuenta de lo sucias que están todas las áreas de descanso en el país, como si recogieran la basura no demasiado a menudo. También constatamos la cantidad de perros sin dueño que pululan por todos lados, y que parecen vivir de las sobras que dejan, sobre todo, los viajeros en las carreteras, los mercados, las calles abandonadas, etc.

Continuamos dirección hacia el este siguiendo la carretera a orillas del Danubio. Nos desviamos unos kilómetros hacia el interior para visitar el Monasterio de Vodita, anunciado en la misma carretera.


Monasterio de Vodita, en el suroeste  del país, en las cercanías del Danubio.

La siguiente parada es la famosa presa del Danubio conocida como las “Puertas de Hierro” (Portile de Fier), que además sirve de paso fronterizo entre Rumanía y Serbia.



Las “Puertas de Hierro”, presa y central hidroeléctrica entre Serbia y Rumanía (supuestamente no estaban permitidas fotos, no sé muy bien por qué, aún así pedimos disculpas a las autoridades)

Tras pasar la población sin ningún interés de Drobeta-Turnu-Severin, dejamos el Danubio y enfilamos hacia el norte. Parada breve para llenar el depósito (27 litros) y buscar un alojamiento para esa noche. Finalmente encuentro uno en Targû Jiu (Enigma Pension, 35 euros habitación doble incluido desayuno). Visita relámpago a la ciudad de Targû Jiu. Lo más destacable es el parque a orillas del río, con esculturas del afamando artista rumano Constantin Brâncusi. Mucho cuidado: está prohibido sentarse en las esculturas por muy apetecibles que parezcan, la policía patrulla la zona y llama la atención a los que no respetan la norma. 


Mesa del Silencio, de Constantin Brâncusi, en Târgu Jiu



Día 3: 1 de Agosto: Targu Jiu – Sibiu


Este día estaba dedicado a recorrer la famosa ruta Transalpina, que atraviesa los Alpes Transilvanos, también conocidos como los Cárpatos del Sur. La carretera pasa por una estación de montaña, Ranca, y un paso de montaña de 2145 metros de altitud.


Carretera “Transalpina”, en las cercanías del paso de máxima altitud (por encima de los 2000 metros)



Punto de máxima altitud de la carretera “Transalpina”

Pasado el puerto continuamos hacia el norte en dirección Sebes-Sibiu. En la bajada del puerto empieza a mejorar el tiempo y podemos apreciar mejor el magnífico paisaje. Destacan las praderas y los bosques de abetos, en un paisaje que podemos calificar como de "alpino".


Ladera norte de la carretera “Transalpina”


En la bajada de la montaña nos desviamos hacia el este para visitar el lago Vidra. Más o menos a la altura de la localidad homónima hacemos una pequeña parada para tomar una cerveza a orillas del lago. Anécdota: pérdida de la cartera, que volvemos a buscar tras unos cuantos kilómetros (la tenían guardada)

Cerveza Tuborg (4 leis por cerveza, unos 90 céntimos) a orillas del lago Vidra, 
en la ruta “Transalpina”.

Continuamos dirección hacia Sibiu. Pequeña parada a orilla de un embalse, dónde nos damos cuenta que a este país todavía le queda cierto recorrido en lo que se refiere a conciencia ambiental.

Ejemplo de desastre ambiental en la presa Bradisor, a la bajada de la ruta “Transalpina”


Ya en la "nacional" 7, a unos 70 km al sur de Sibiu, paramos a visitar brevemente un ejemplo de las famosas iglesias pintadas de Rumanía, la iglesia de St Princes

Iglesia de San Princes, a unos 70 km al sur de Sibiu


Llegamos a Sibiu sobre las 4 o 5 de la tarde. Alojamiento en Apartament Traditional (33 euros, dos habitaciones, lo lleva un pareja formada por un amable peruano y una agradable rumana, Steliana, que, por supuesto hablan español).

Sibiu es una ciudad muy hermosa y acogedora. Fue capital de la Transilvania en en sendos periodos de los siglos XVIII y XIX y tiene un marcado carácter alemán, ya que fue fundada por colonos sajones en la baja Edad Media, como muchas ciudades de la Transilvania. De hecho, tiene también su nombre aleman: Hermannstadt. Lo más característico es que tiene 3 "catedrales", una católica, otra ortodoxa y otra luterana (evangélica). Merece la pena subir a la torre del concejo o ayuntamiento (Turnul Stafului).


Cúpula de la Catedral Ortodoxa de Sibiu, con el típico “Pantocrátor” en el centro.


Plaza principal de Sibiu. En primer plano una de las marcas de cerveza más vendidas en Rumanía, aunque, todo hay que decirlo, no es demasiado buena.


Vista de Sibiu desde lo alto de la torre del Ayuntamiento (en su versión en blanco y negro, cortesía de Dr. Google). Se pueden distinguir las 3 “Catedrales” de la ciudad. En primer plano a la izquierda la iglesia católica. A la derecha el campanario y los tejados pintados de la catedral evangélica. Entre las dos torres de la izquierda se puede distinguir la cúpula de la catedral ortodoxa. Al fondo los Alpes Transilvanos.

Cenamos en uno de los restaurantes más populares de la ciudad (Casa  Frieda). Pescado rebozado y un plato típico a base de queso, salchicha y polenta. De postre el licor tradicional elaborado a base de ciruelas (Tuica o Palinka)

Plato tradicional acompañado de cerveza marca “Ursus”

Día 4: 2 de Agosto: Sibiu – Bucarest



En este día emprendemos el viaje en dirección sur hacia a Bucarest, cruzando de nuevo la cordillera central del país (los Alpes Transilvanos o los Cárpatos del Sur). En esta ocasión lo hacemos por la carretera de montaña conocida como  “Transfagarasan”, que fue mandada construir por Ceaucescu en los años 70 para prevenir una posible invasión soviética. 


Camino de la ruta “Transfagarasan”. Al fondo los Alpes Transilvanos o Cárpatos del sur


El primer punto de interés es la cascada Balea, que se puede divisar desde una pequeña estación de montaña, que incluye teleférico hasta la cima. Coincidimos con unas mujeres rumanas que hablan español por haber trabajado en España y nos hacen una serie de recomendaciones de visitas por el norte del país (ver más adelante).

Cascada Balea en las ruta "Transfagarasan"


Paso de montaña de Transfagarasan

El punto de máxima altitud de la carretera de montaña pasa por la laguna Balea, destacado lugar de interés turístico (al menos para el turismo local). En las cercanías, aunque no se puede divisar, se encuentra el pico más alto del país, el Moldoveanu (2544 metros)

Lago Balea, a 2034 metros de altitud, punto de máxima 
altitud de la ruta “Transfagarasan”

La bajada por el lado sur no tiene mayor interés salvo el paso por una presa y estación hidroeléctrica de impresionantes proporciones. Más adelante paramos en la carretera a comer las viandas que compramos en el puerto (pan, queso salado y cerdo curado).


Capilla típica a orillas de la carretera, en las cercanías de Curtea de Arges, 
a unos 150 km de Bucarest

Llegamos a Bucarest a eso de las 4 de la tarde. Tomamos posesión del apartamento (apartamento Vis a Vis, dos camas individuales con baño, 30 euros) y empleamos la tarde para visitar la ciudad.

Bucarest es una ciudad agradable, con ciertos contrastes socioeconómicos: existe una apreciable diferencia entre el centro turístico y los alrededores. No tiene mayor interés salvo las calles del centro histórico y el famoso Palacio del Parlamento, el edificio de uso administrativo más grande del mundo y el segundo más grande después del Pentágono.

Palacio del Parlamento, Bucarest

Tratando de sacar dinero al turista español en el centro histórico de Bucarest


Iglesia de San Antonio, centro histórico de Bucarest

La cena fue en el famoso restaurante Caru'cu-bere, en el centro histórico. A este respecto hay que decir que lo único que merece la pena es el edificio, de estilo años 20, profusamente decorado e iluminado, atestado de turistas con ganas de diversión y camareros estresados. Pero tanto el servicio como la comida dejan bastante que desear en opinión del que esto escribe. 


Día 5: 3 de Agosto: Bucarest – Sighisoara




Tras la visita a Bucarest emprendemos vuelta a Transilvania, hacia el norte de nuevo. A la salida de Bucarest, en Ploiesti, llenamos el depósito (40 litros), desayunamos en un bar de carretera y nos dirigimos hacia el Palacio Peles (Castelul Peles), residencia de los reyes de Rumanía, una especie de “Palacio de la Granja” rumano, pero que no pudimos visitar por estar el aparcamiento completo e ir cortos de tiempo. Ese día había un programa muy apretado y además el tráfico fue horroroso, con esperas interminables para atravesar los pueblos que flanqueaban la carretera.

Una característica de Rumanía es que los pueblos tienen paracen tener solo una calle, que es la misma carretera que los atraviesa. Las casas se disponen una al lado de la otra a lo largo de la carretera, haciendo la travesía de cualquier localidad un trayecto anormalmente largo. De hecho, hay zonas donde cada pueblo se funde con el siguiente, en una especie de interminable ronda urbana. Además, es importante mencionar que en las carreteras de Rumanía hay una importante minoría de conductores que no destacan precisamente por su respeto a las normas de tráfico. Numerosos Audi, BMW, Mercedes, propiedad muy probablemente de "niñatos" víctimas del síndrome del "nuevo rico", y que no pueden evitar llamar atención con sus patéticos vehículos, circulan a toda velocidad por calles y carreteras, acompañados de acelerones y adelantamientos temerarios. Mucho cuidado con ellos. 

Después de un largo camino llegamos por fin al famoso castillo de Bran, conocido como el “Castillo de Drácula”, aunque en realidad tiene muy poca relación, ni con el mismo personaje de Bran Stoker ni con la figura histórica de Vlad Tepes (Vlad “el empalador”), que inspiró el mito literario. Aún así el castillo es bastante impresionante y está en una situación sobresaliente.

Castillo de Bran, el supuesto castillo de “Drácula”

En realidad, solo visitamos el castillo por fuera, y prescindimos de visitarlo por dentro. Todo apuntaba a que es un montaje para los turistas y un "engañabobos". No merece la pena esperar la cola. Rompemos nuestro ayuno en los jardines del castillo por medio de unos sabrosos pinchos morunos (por supuesto) y unas cervezas.

Turistas engañados tratando de entrar al Castillo de Bran



Vlad "the Impaler"


A continuación, dejamos el pueblo de Bran y nos dirigimos hacia Brasov. Por el camino paramos brevemente para visitar Rasnov, una población que destaca por su impresionante fortaleza y una pequeña capilla evangélica con un pequeño museo.

Museo en la Iglesia Evangélica de Rasnov, mostrando los atuendos tradicionales de los colonos alemanes que poblaron esta zona de la Transilvania en los siglos XIV y XV

Fortaleza y pueblo de Rasnov

Tras la visita "relámpago" a Rasnov nos disponemos a realizar una visita aún más relámpago a Brasov (Kronstadt) la capital de la pequeña Alemania de Transilvania. Es esta una ciudad muy elegante y cuidada (al menos en el centro) y que destaca por su vasta plaza del ayuntamiento (Piata Stafului), con el Museo de Historia Judía y la famosa Iglesia Negra (Biserica Neagrä), todo ello coronado por la impresionante mole verde de la colina de Tampa.


Centro histórico de Brasov


La última etapa del día consistió en viajar a Sighisoara desde Brasov. Es esta una ruta muy bonita puesto que se puede apreciar en todo su esplendor la Transilvania genuina, con sus fortalezas, iglesias fortificadas, y suaves colinas verdes extendiéndose hasta el horizonte a ambos lados de la carretera. Lástima haber ido con prisa puesto que esta ruta merece una exploración sosegada. 


Fortaleza de Rupea

Transilvania central desde la fortaleza de Rupea


Día 6: 4 de Agosto: Sighisoara - Leud (Maramures)


El inicio de la jornada lo dedicamos a visitar la que sea probablemente la ciudad más bonita de toda Rumanía y una de las más características de Europa Central: Sighisoara. Este enclave, de enorme importancia histórica durante la baja edad media, posee uno de los centros medievales mejor conservados del mundo. Además de tener un origen militar, como el resto de las ciudades de la Transilvania que fundaron colonos sajones, la ciudad destacó durante muchos siglos por ser un importante centro comercial y de manufactura. De hecho en todo el casco antiguo se aprecia la importancia que los distintos gremios tuvieron en la ciudad: los sastres, los zapateros, los carniceros, los peleteros, etc. 

Centro medieval de Sighisoara. En primer plano la torre del reloj (Turnul cu Ceas)


La ciudad es también famosa por ser el lugar de nacimiento de Vlad Tepes (Vlad "el empalador"). Coincidía que su padre Vlad Dracul, príncipe de Valaquia, estaba exiliado en la ciudad cuando vio venir al mundo a su infausto hijo, que inspiró el mito de Drácula.

Lugar de Nacimiento de Vlad Tepes. 

Pasear por las calles empedradas de Sighisoara, sobre todo a primera hora de la mañana, cuando todavía no ha sido invadida por los turistas es una delicia, y la cámara del móvil se dispara "sola" ante tanta maravilla. Destacan las casas de colores, la escalera de madera cubierta que sube a la iglesia evangélica de San Nicolás y las torres a lo largo de la muralla, cada una de ellas dedicada a un gremio comercial. 

Torre de los Zapateros. Se recomienda subir a la escalera de madera para disfrutar de una buena vista de la plaza. 


Calle empedrada del centro medieval de Sighisoara

En pocos lugares como en Sighisoara tiene uno más la sensación de descubrir como hubiera sido Alemania si no hubiera sido destruida durante la Segunda Guerra Mundial


Tras visitar Sighisoara volvemos de nuevo a la carretera en dirección al norte del país, camino de la increíble región de Maramures. La ruta resultó poco edificante porque el camino hasta allí, al norte de Transilvania, no es especialmente vistoso y las carreteras no son demasiado buenas. Tal como se ha comentado, las poblaciones rumanas tienen una organización muy peculiar, que usan como eje las propias carreteras que las atraviesan. El resultado es que un trayecto de unos cien kilómetros puede resultar eterno, por tener que circular a poca velocidad y siempre pendiente del cruce y trayecto de:

1) Perros
2) Bicicletas: no se pegan al arcén, ni siquiera cuando lo hay
3) Carros de caballos
4) Entierros
5) Viejecitas encorvadas paseando sin prisa (como corresponde al lugar)
6) Audis y BMWs de segunda mano haciendo el idiota (y poniéndote en peligro)

Además de la lentitud del trayecto, una circunstancia adicional fue el error en la elección de la ruta. Con la intención de conocer el paso de Prislop, y entrar en Maramures por el este, nos desviamos hacia Rodna y las montañas del mismo nombre, desde Bistrita. Sin embargo la carretara más allá de Valea Mare deja de estar asfaltada, por lo que tuvimos que desandar camino hasta Nasaud y entrar en Maramures por el sur (Romuli)

Lo importante de saber idiomas: Inchis significa "cerrado". Deschis, "abierto". De habernos percatado a tiempo del cartel habríamos evitado un rodeo de casi 100 km

Entrada en Maramures, con la característica portada de madera

Llegamos al pueblecito de Leud, donde supuestamente tenía reservada una cabaña con baño "privado pero externo", a eso de las 8 de la tarde. Tras comprobar que el baño está en la otra punta de la propiedad anulo la reserva y nos arriesgamos a buscar otra cosa sobre la marcha. Por fortuna descubrimos la Pensiunea Ciucla, donde su amable dueño, que no habla inglés pero sí un decente alemán, nos ofrece posada, cena y desayuno por 40 euros las dos personas. La pensión se encuentra justo al lado de una de las típicas iglesias de madera de la región, en donde podemos ser testigos de la celebración de la misa de la tarde.

Misa por el rito greco-católico (Biserica de lemn di Ses)




Día 7: 5 de Agosto: Leud (Maramures) - Satu Mare


El séptimo día no descansamos y lo dedicamos íntegramente a visitar various lugares de interés de la región de Maramures. Tras visitar la segunda iglesia de madera de Leud, empezamos viajando a Viseu de Sus, localidad famosa por albergar la estación principal del último ferrocarril de vapor de Europa, el Mocanita o Mocanitei. Esta línea férrea tienen en la actualidad un puro interés turístico, siendo muy popular en la zona. La vía se adentra en las montañas del Parque Nacional de las Montañas de Maramures (Muntui Maramuresului)

Locomotora de vapor "Mocanita" en Viseu de Sus, Maramures

Dado que no pudimos conseguir billete por ser un domingo (y competir con una auténtica marea de turismo local) decidimos desplazarnos en coche hasta la localidad de Borsa, con la esperanza de conseguir buenas vistas de las montañas e incluso de la línea férrea. No tuvimos éxito en este punto pero si disfrutamos de la visita de una de las muchas Iglesias de madera (Biserica de Lemn) que son características de esta zona.

Iglesia de madera de Borsa, en Maramures. 
Mujeres con el vestido tradicional.

Borsa. Al fondo las Montañas de Rodna (Muntii Rodnei)


La siguiente parada en nuestro viaje del día es visitar una de las joyas de Maramures y de toda Rumanía: el Monasterio de Bârsana. Este impresionante monumento, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un centro religioso en activo, llevado por monjas que viven, mantienen y gestionan el recinto. El edificio más sobresaliente es la iglesia, por supuesto de madera, que tiene la torre más alta de todo Maramures, 57 metros.

Monasterio de Bârsana. En el centro la Iglesia

Interior de la Iglesia del Monasterio de Bârsana


Pasear por el interior del monasterio y entrar en cada una de las dependencia con acceso público, incluida la iglesia, es una agradable y vistosa experiencia, así como comprar algún recuerdo a las mismas monjas. 

En la misma población de Bârsana también se encuentra la Iglesia de la Presentación de la Virgen, que también forma parte del Patrimonio UNESCO del conjunto. 

Tras la visita a Bârsana y comida en ruta, nos dirigimos a la localidad de Sapânta, muy cerca de la frontera con Ucrania. Este pueblo es famoso por el conocido como "Cementerio Alegre" (Cimitirul Vesel). Esta curioso lugar no es otra cosa que el cementerio municipal, pero que destaca por las características lápidas, diseñadas por un artista local, y cuyo rasgo principal es que narran los hechos más sobresalientes de la vida del difunto, desde una perspectiva alegre y positiva. 

Cementerio "Alegre" de Sapânta

En Sapânta se encuentra también otro monasterio, que aunque no es tan espectacular como el de Bârsana, merece aún así una visita. 

Monasterio de Sapânta


En nuestra visita a Maramures tuvimos la suerte de viajar un domingo, día de misa, en el que es tradicional que hombres y mujeres, con sus respectivos trajes tradicionales (mujeres con falda amplia, blusa y pañuelo, hombres con camisa y sombrero), se engalanen para desplazarse hasta la iglesia local, y escuchar la misa, ya sea por el rito ortodoxo o el greco-católico.

Entierro en Maramures


Finaalizamos la jornada en la ciudad de Satu Mare, ya muy cerca de la frontera con Hungría.



Día 8: 6 de Agosto: Satu Mare - Budapest


Vuelta a Budapest por el camino más recto, para pasar la tarde y la noche en esta capital europea a la espera del avión de vuelta a Madrid.

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